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jueves, 31 de marzo de 2011

Between “Fast and Furious” and “Machete”

“Yo había escuchado a veces que el FBI o la DEA tienen trabajos realmente duros en los que no quieren que sus agentes resulten muertos, por lo que contratarían a un agente mexicano que les haría ese trabajo sucio por 25, 000 dólares. Pensé… ese es Machete. Podría venir y hacer un trabajo realmente peligroso por una buena suma de dinero".

Robert Rodríguez vio en Danny Trejo a aquel personaje quien - arriesgándolo todo- rompería algunas caras por dinero. Lo que describe Machete, la película, es evidente: una agente anti-inmigración latina que reniega de sus raíces, un narcotraficante coludido con las autoridades, un senador xenófobo, una familia blanca acomodada en desintegración…nada que no pueda observarse en la realidad.

Las imágenes nos sitúan en una frontera sin ley, porosa. Una frontera que se desmorona frente a la incomprensión de dos gobiernos. Una frontera donde el triple tráfico- de armas, de narcóticos y de personas-corrompe a cualquier autoridad y devalúa, cuando no pulveriza, a la sociedad.

Hoy por hoy, las relaciones entre Estados Unidos y México parecen una película de ficción: hace unas semanas un flamante John Dodson revelaba para la cadena de televisión CBS los detalles de una operación llamada “Rápido y Furioso”.

El agente de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, asignado a Phoenix Arizona, aseguraba que participó por órdenes superiores en el operativo consistente en permitir la venta y tráfico de armas por la zona fronteriza, con el objetivo de poder rastrearlas y, eventualmente, identificar a bandas de traficantes y aprenderlos.

Sucedió entre octubre de 2009 y septiembre del 2010, tiempo en el que se calcula que ingresaron de forma ilegal de 1,500 a 2,500 armas, siendo recuperadas alrededor de 797.

La operación “Rápido y Furioso” se realizó sin notificar al gobierno mexicano. El arrepentimiento de Dodson se daba en vísperas de la visita de Calderón “el presidente de Campo Marte” a Estados Unidos.

Dodson señaló que el programa fue muy criticado, incluso que él mismo había externado algunas de esas críticas, pero no le hicieron caso, la respuesta que obtuvo de sus superiores fue “no se puede tener un omelet sin romper algunos huevos”.

Al parecer los huevos siguen rompiéndose: las armas “se convertirán en delitos hacia ambos lados de la frontera (…) con el número de armas que dejamos pasar no vamos a saber cuántas personas fueron asesinadas, violadas o robadas”, señaló.

En el año 2010 México rompió su récord de decesos, tanto en enfrentamientos como en ejecuciones, 15, 273 según cifras oficiales. Solo en marzo de ese año la cifra fue de casi mil muertos. Según Dodson, en ese mismo mes fue cuando la operación “Rápido y Furioso” permitió la entrada de más de 359 armas sólo en Phoenix: rifles AK- 47, rifles de asalto y pistolas de varios calibres…

L o señalado por Dodson es abrumador, pero lo es más la falta de articulación entre Estados Unidos y México frente a problemas comunes. Las relaciones entre ambos países están caracterizadas por la nula gestión de la interdependencia existente. Así, las medidas paliativas han generado un impasse en las relaciones diplomáticas: los gobiernos han decidido construir una agenda muy ligera, donde la fotografía es mejor que las decisiones de fondo.

El pasado 3 de marzo, Obama y Calderón sostuvieron una serie de reuniones donde abordaron los temas de seguridad fronteriza, el asesinato del agente Zapata y la migración, sin embargo, nada de esto resolvieron. Estados Unidos optó por tirarnos un pequeño hueso: reanudar las negociaciones para que los camiones mexicanos puedan ingresar a nuestro vecino país tal como se establece en el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN).

Lo que puede resolverse vía un procedimiento arbitral es causa de un pronunciamiento, mientras que lo que necesita una expresión de liderazgo es causa de silencio. La realidad de la frontera seguirá condicionada a las decisiones de ficción. Los ciudadanos que viven en ambos lados continuarán entre “Rápido y Furioso” y “Machete”.

Publicado en: www.reporteroshoy.net el 16/03/11

jueves, 24 de marzo de 2011

Comunicación Efectiva y Gestión de Crisis

El 24 de febrero pasado dicte la Conferencia “Comunicación Efectiva y Gestión de Crisis”, a la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias Capítulo Yucatán.

En estas líneas quiero rescatar algunas ideas de esta experiencia…


COMUNICACIÓN EFECTIVA

En el ámbito empresarial es determinante comprender que la comunicación es una herramienta esencial a través de la cual se organizan las acciones de las personas en una organización.

El objetivo debe ser tener una comunicación efectiva basada en 4 principios:

CONTROLAR: lo que realmente queremos decir, lo que expresan los gestos, si existe información por otra vía, si hay señales emocionales o de cansancio…el control de lo que se comunica es necesario para la claridad de los mensajes.

CREAR UN CLIMA DE CONFIANZA: demostrar que tenemos interés en la comunicación, evitar interrupciones, evitar brusquedades innecesarias, esforzarse por comprender…crear un clima de confianza permite acceder a más información.

NO MANEJARSE CON SUPOSICIONES:…simplemente preguntar.

ATENDER A LAS EMOCIONES DEL OTRO: evitar los calificativos y las ironías, hablar de los errores, no de la personalidad de quien los comete, escuchar , serenar al que está alterado antes de hablar de lo importante, mostrar moderadamente lo que sentimos..ser empático permite reforzar la comunicación.

CRISIS Y TIPOS DE CRISIS

En toda organización pueden generarse accidentes, desastres o algún escándalo que impacte la opinión pública. Una crisis es primordialmente un problema de gestión: el suceso puede tener repercusiones en la compañía, puede amenazar incluso su propia existencia…

La crisis puede ser “incógnita conocida” cuando el peligro es conocido pero cuando sucederá el evento es una incógnita, algunos ejemplos de estos tipos de crisis son los desastres industriales: líneas aéreas, ferrocarriles, energía, construcción…

Pero también puede existir una crisis de tipo “incógnita desconocida” cuando no están razonablemente previstas: terremotos, inundaciones, actos criminales…

La política oficial, en ambos tipos de crisis, debe ser estar preparado, generar un plan para la gestión de crisis.

¿CÓMO GESTIONAR UNA CRISIS?

La metodología más aceptada para gestionar una crisis nos refiere a 6 pasos:

1. Analizar los riesgos de la organización respecto a potenciales crisis y jerarquizarlos.

2. Preparar un plan general de acción que cubra las amenazas potenciales.

3. Seleccionar al personal que dará la cara frente una crisis.

4. Establecer instalaciones de comunicación que permitan generar información de la evolución de la crisis.

5. Entrenar al personal en las tareas que les corresponderá realizar.

6. Practicar ejercicios de simulación o simulacros.

Cuando la crisis impacta a los medios recomendé 4 puntos:

1. Reaccionar inmediatamente a las preguntas de los medios.

2. Proporcionar solo hechos comprobados.

3. Convocar a una rueda de prensa tan pronto se tenga información veraz.

4. Mantener una política de total información y empatía con los afectados.