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jueves, 13 de octubre de 2011

Nuestra guerra y la guerra que viene: Irán, Estados Unidos y México

Las relaciones bilaterales entre Irán y Estados Unidos han tenido sus altas y bajas en la última década. Después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, Teherán y Washington parecieron aliarse frente al régimen talibán afgano, considerado como un enemigo común.

Todo cambió cuando Bush -en su memorable Discurso de la Unión del 2002- metió en a la canasta del “eje del mal” a Irán, dirigiendo además en marzo del 2003 la invasión contra Irak. Ya en el 2005 - con Ahmadinejad en el poder- Irán reinicia su programa nuclear alejándose aún más de Estados Unidos.

Recuerdo que para el 2007 me gustaba comentar con mis alumnos que la película 300 parecía especialmente sospechosa en la coyuntura internacional: los griegos, portadores de la democracia y la libertad asemejaban los valores occidentales -lo normal y bello- en lucha frontal contra los persas –monstruosos, anormales y violentos- que simbolizaban el peor de los males, algo que parecería una casualidad de no ser por el hecho de que el territorio de Persia antigua corresponde más o menos al de Irán actual. La película 300 simbolizaba la lucha entre estadounidenses e iraníes: develaba de alguna manera la guerra que se avecinaba.

Para el 2009 llegue a pensar que me equivoque, Obama logró distender el conflicto latente. Declaraciones iban y venían recuerdo, por ejemplo, que Ahmadinejad felicito a Obama por su triunfo electoral, mientras que John Biden expresaba públicamente el interés de negociar con Irán, todo parecía tranquilizarse…

Hasta el día de ayer cuando las autoridades estadounidenses explicaron la desactivación de un atentado con bomba para asesinar al embajador saudí en su país. Las declaraciones del gobierno estadounidense establecen que Irán habría pagado $1.5 millones de dólares para llevar a cabo dicho atentado.

Según Eric Holder, Secretario de Justicia de Estados Unidos, son dos los acusados como parte del complot, Manssor Arbabsiar y Gholam Shakuri; ambos son originarios de Irán aunque Arbabsiar, es ciudadano estadounidense naturalizado.

De acuerdo con la declaración de Holder, el plan fue "concebido, auspiciado y dirigido desde Irán" y representaba una "flagrante" violación de las leyes estadounidenses e internacionales.

Arbabsiar, de 56 años, fue detenido el 29 de septiembre pasado, después de que México lo extraditó, tras haber mantenido varias entrevistas con un falso narcotraficante en nuestro país que resultó ser un agente encubierto de Estados Unidos.

"En estricto apego a la normatividad nacional e internacional se logró neutralizar un riesgo relevante para la seguridad nacional de México, reforzar la cooperación recíproca bilateral con Estados Unidos y se confirmó que se cuenta con mecanismos y procedimientos adecuados para anticipar y prevenir la presencia en nuestro territorio de individuos lesivos para la seguridad e intereses nacionales. El gobierno de México reitera su pleno compromiso con la cooperación internacional para prevenir y combatir al terrorismo", mencionó Julián Ventura, subsecretario de Relaciones Exteriores de nuestro país.

En el trepidante ritmo de las relaciones internacionales los hechos coyunturales pueden determinar situaciones, justificar acciones y, finalmente, cambiar la historia.

Así, Estados Unidos ha recuperado la posibilidad de una guerra contra Irán -o al menos la fuerza discursiva contra el terrorismo, tan rentable en tiempos electorales- mientras que el gobierno mexicano ha logrado equiparar de alguna forma el terrorismo con el narcotráfico, intentando justificar su defectuosa política de seguridad... es nuestra guerra y la guerra que viene.

Alonso Ronald Ortiz García

Publicado en: www.reporteroshoy.net el 12/10/11

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